Hace poco leí un libro que me hizo meditar mucho acerca de mi familia y en especial de mis hijas, sin darnos cuenta muchas veces los que estamos involucrados en el ministerio cambiamos nuestras prioridades muy rápidamente por nuestro deseos y olvidamos rápidamente que nuestra familia es primero, conozco pastores que tienen un vivo deseo para hacer la obra de Dios un gran amor por las almas perdidas, sueños grandes con su iglesia pero su familia está en segundo plano, también conozco algunos que tienen ministerios grandes que están sumergidos en mantener sus ministerios exitosos, por el otro lado los que tienen ministerios pequeños se sienten muchas veces frustrados y pasan largas horas fuera de casa tratando de hacer florecer su ministerios, todas estas cosas son buenas pero las prioridades no son correctas, lo primero y los mas importante es nuestra familia, Dios quiere que seamos bendición a nuestros hijos.
En el antiguo testamento podemos ver grandes ejemplos de cómo el padre trasmitía la bendición a sus hijos, hay muchas maneras de bendecir a nuestros hijos, los hijos necesitan afecto fraternal, besa a tu hijos cuando Isaac bendijo Esaú llego a su Isaac por su bendición y se entero que su hermano la había tomado le pidió a su padre que lo bendijera, vemos que esta era y es una costumbre bíblica los hijos necesitan nuestra bendición abraza a tu hijos diles que le amas, muchos de nuestros hijos va a sufrir por no tener la bendición de sus padres medítalo recuerda tu principal y mas grande ministerio es tu familia
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